sábado, 10 de febrero de 2007

Historias del Sáhara. Alejandro García

HISTORIAS DEL SÁHARA. El mejor y el peor de los mundos
Alejandro García

EL HOMBRE PASA, EL DESIERTO QUEDA


Tipo de vida de los Saharauis. Son nómadas, lo que les obliga a fragmentar las familias y poder moverse en grupos pequeños.
La manada gobierna la vida de los pastores.
Las características de estos grupos son la sobriedad, la resistencia, conocimiento del medio, individualidad, importancia de la familia. Esto es clave para la adaptación en el Sahara.

Se produce una asimilación al Islam, el contacto con los mercaderes musulmanes los hizo adeptos de un credo que parecía pensado para ellos, esto les lleva también a cambiar sus nombres beréberes por otros árabes.

Surgen las primeras ciudades del Sahara (s. XV). Las rutas abandonan las cercanías del Atlántico y abren vía directamente entre el Mediterráneo y el Níger. Se abren pozos para surtir a los viajeros y las rutas se establecen sobre los anclajes que marcan las aguadas. Dispones de agua es el requisito del viaje.

Hubo varias causas que provocaron la desaparición de estas primeras ciudades, el desierto y los conflictos entre tribus. La última batalla se libro es Tinduf y acabo con la destrucción de la ciudad (año 1880).

Ocupación francesa del sur del Sahara (Mauritania). En 1904 Ma el Ainín les declara la guerra santa. En junio de 1910 varios miles de hombres que acompañan a Ma el Ainín, mal armados e indisciplinados, tuvieron un choque con los franceses al norte del Antiatlas y fueron derrotados. En 1913 los franceses ocupan Smara.

Los nuevos dueños, franceses y españoles, rediseñaron la red urbana del Sahara. Crearon ciudades en lugares inconcebibles ya que disponían de un dispositivo técnico capaz de saltar obstáculos.

Pero el fenómeno urbano más raro serían los Campamentos de Tinduf, que se crearon en 1976. Decenas de miles de tiendas, clavadas en el reseco suelo de roca y tierra, asfixiantes en verano y fríos en invierno. Sin agua, suelo, leña y sobre todo lejos del mundo. Argelia les daba las armas, pero la comida, techo, ropa, medicinas y lo demás, venía de las NU o Cruz Roja.

Estos refugiados vivían por y para la guerra. Con la manutención asegurada, estas “neociudades” cumplen esencialmente el papel de fábricas de reposición demográfica para equilibrar las pérdidas sufridas.

En este universo surge un hombre que fue quien incendió a toda una generación, se llamaba Uali Mustafa Sabed, que propuso a su gente armas y guerra para echar a los extranjeros y crear un estado propio. Uali murió muy pronto, urgía fabricar un mito que alimentara el largo trecho por venir.


LA FORJA DE UN CARÁCTER

Con la islamización se puso en marcha el proceso de arabización a través de la lengua. El árabe era la lengua sagrada.
Se pierde el pasado bereber, proceder de una estirpe arábiga se convirtió en una seña de orgullo. Lo bereber era humillante.

Llegan los primeros árabes, se llamaban a sí mismos Banu Hassán, los Hijos de Hassán, y venían del Yemen (1238/39). Aguerridos guerreros que habían cruzado muchos desiertos. Realizan las primeras entradas al Sahara para proteger a las caravanas, pero bajo contrato

El proceso de suplantación cultural concluyó con una guerra de 30 años, llamada Char Babá (1644-1674 aprox.), en la que los Hassán y otras cábilas “arabizadas” aplastan la resistencia residual de los beréberes.

En el siglo XX, tras la repartición del territorio entre España y Francia, fueron llamados “saharauis”.

“Ése es el carácter de los saharauis, cada uno vive de su propio esfuerzo, si tienes fuerza, si tienes habilidad comercial, si tienes un fusil vivirás, si no dispones de eso no podrás vivir, aquí nadie puede sostenerse sólo de la poesía”- el poeta Badi.

¿Qué quienes somos? Hombres libes, gentes del Badía sin jefes que nos ordenen
Sidi Mohammed uld Breh, viejo nómada.

Badía: es el nomadeo, el movimiento

“La ley más importante es la Sharia. Pero también en el desierto un hombre solo es un hombre muerto. Si estás solo debes de agregarte a una cábila y regirte por sus leyes. Solo nadie te puede garantizar nada, necesitas de una gente que esté contigo siempre. Primero la Sharia, después la cábila.
Los saharauis vivimos siempre ajenos a los poderes organizados. Por eso nunca encajamos en la sociedad de los sultanes ni en la de los emires. La única autoridad que reconocemos es la de nuestro Chej.”

El Chej encarna la jefatura natural de la familia, de la fracción o de la cábila. Su poder surge de su carisma personal y sobre todo de su capacidad de dar, de redistribuir a los demás.


En 1934 los nuevos dueños del Sahara, España y Francia, se reunieron con otros notables saharauis para firmar la paz en el desierto (entre los nómadas y Francia). La fecha se conocerá como el año del Melga Lahkama (la reunión de los Gobiernos), era también el final de las atávicas guerras que durante siglos enfrentaron a las cábilas del Sahara.

Responder a agravios recibidos ha sido la justificación de todas las guerras del desierto. Los saharauis no de dan paz a nadie ni le dan tranquilidad hasta que cobran el precio del daño que se les ha hecho.

El robo individual, el pillaje privado, es un abominable delito, el peor de los crímenes, pero conseguir botín con las armas no es un robo, es un acto de valor.

En el tiempo de guerra, las cábilas ponían a funcionar el Ait Arbein, un consejo tribal o transtribal, que dependía del objetivo, con la misión de hacer frente a una agresión o preparar un ataque organizando un Ghazzi.
El Ait Arbein era un instrumento de emergencia, se nombraba al Demín – jefe militar, encargado de conducir las operaciones - y al Sorba – embajador, para llevar las negociaciones de paz si era posible.

El Ghazzi es una columna de guerreros que avanza hacia un objetivo militar en número de 100 o 2000 y opera con todos los atributos de la guerra del desierto: invisibilidad, sorpresa, rapidez y alianza con la geografía y el clima.


EL DESIERTO ESPAÑOL

A finales del siglo XIX se estaba diseñando en Europa el destino africano para los próximos cien años. Conferencia de Berlín en 1885, las naciones europeas delimitan África y se la reparten. El Bidán se lo adjudican España y Francia. En 1900 se señala el territorio de cada una y en 1904 un tratado hispano-francés rubrica las fronteras. Dos años más tarde la Conferencia de Algeciras da por buena la línea divisoria y el Bidán queda dividido en Mauritania (Francia) y Sahara Occidental (España)

La máquina colonial francesa, con notable experiencia en asuntos africanos, acometió la ocupación del Bidán desde el sur buscando apoyos locales. El poder francés es demasiado aplastante para ser aceptado por todos, además su centralidad administrativa introducía un inusual control sobre los beduinos (ej. Impuestos en camellos, control de los pozos, etc.,…)
En mayo de 1905 un comando suicida, siguiendo órdenes del Chej Ma el Ainín, ataca el puesto francés de Tijikja y mata a Coppolani (Comisario General de la Mauritania Occidental). Empieza una guerra que durará 30 años.

A diferencia de Francia, la colonización española del Sahara fue concebida como una empresa estrictamente comercial. Llegaron por primera vez en 1885, en una expedición financiada con 7.500.000 pesetas por el gobierno español y el resto con capital privado. Las dos sociedades privadas Compañía Hispano Africana y Compañía Transatlántica fundan un almacén y empiezan a hacer contactos con los nómadas para poder desplegar sus artículos comerciales. Pero el Sahara resultó un fracaso comercial.

En 1923 se instala la primera estación radiotelegráfica y en 1925 el primer faro en la península de Río de Oro. En 1928 se creó el primer servicio aéreo.

El territorio nominal de la colonia abarcaba 290.000 Km. cuadrados, pero durante 50 años la presencia española se limitó literalmente al perímetro de Dahla, Tarfaya y la Güera.

Por el acuerdo franco-español de 1934, Melga Lahkama, España se comprometió a hacer efectiva la ocupación de la colonia, a patrullar fronteras y vigilar territorio. España ofrece a los Muyahidines una salida honrosa, respetar sus bienes y leyes a cambio de paz. Estos aceptan y se someten.


El Sahara Occidental disfrutaba del nivel de renta más alto de África. En 1974 era, según el Banco Mundial, 2.550 dólares per cápita. La oleada de prosperidad fue meteórica, se inició en 1960 y durante 15 años siguió su curso imparable. Se construyeron 6.000 Km. de carreteras y pistas y se matricularon miles de coches. Compraban productos en el paraíso fiscal canario y vendían en los zocos de Zuerat, Tinduf y Tan Tan. Una cascada de inversiones abrió el mercado laboral hacia industrias de alta tecnología, fosfatos y petróleo. En 1975 unos 5000 saharauis cobraban nóminas de la administración pública, del INI, del ejército o de empresas privadas de construcción. Esta bonanza originó a su vez profundas alteraciones en la cultura del nómada.

Hasta 1960 la presencia española en el Sahara apenas alteró los usos de vida de la población local. En 1926 se contrató a los primeros hombres para formar una milicia nativa (para rescatar a los náufragos de los pesqueros y la tripulación de aviones).Eran 198 nómadas y 30 españoles mandados por 6 oficiales con 62 caballos y 83 camellos. En 1936 se crearon las primeras unidades de tropas nómadas. Durante la guerra civil española varios miles más se enrolaron como mercenarios en el bando nacional.

En 1947 el Sahara pasa a ser África Occidental Española y la capital se traslada a Aaiún. Cuatro ciudades importantes: Aaiún, Villa Cisneros, la Güera y Smara. En diciembre de 1949 se inauguraba el primer vuelo regular entre Villa Cisneros y Madrid. El 10 de enero de 1958 el SO se convertiría en una provincia española.

En 1967 se creó la Asamblea General del Sahara, conocida como Yemáa, un cuerpo consultivo integrado por 82 saharauis, en el cual estaban representadas las principales cábilas

En 1974 solo quedaban 8000 pastores en el SO, en cambio había 5500 peones, 360 obreros cualificados, 500 trabajadores en industria y servicios, 1000 comerciantes, 1340 militares. Además de 4862 escolares de primaria, 911 de secundaria y FP y 38 universitarios. Las ciudades se convirtieron en poderosos imanes, miles de familias iniciaron un éxodo urbano irreversible.

Pero la explosión de riqueza en el SO levantó resentimientos en otros saharauis que se sentían excluidos de la prosperidad. Aquellos que por razones de frontera les tocó vivir en Mauritania y tuvieron que huir y refugiarse al sur de Marruecos. Uno de ellos Djir Tahrir comenzó la recluta de saharauis desde la ciudad sureña de Tiznit.

Cuando en diciembre de 1965 la Asamblea General de UN adoptó la primera resolución concerniente al SO y emplazó a España a agilizar los trámites para su salida del territorio 800 Chiuj de todas las facciones respondieron con una carta a la ONU.

Bassiri era un saharaui nacido en 1942. En 1958 fue repatriado junto con su familia al sur de Marruecos. Aprovechándose de una beca acaba el bachiller en Casablanca y accede después a la universidad en Damasco y El Cairo, donde se licencia en periodismo. A su vuelta a Marruecos Bassiri y su amigo el Bahí fundan en 1966 una revista de temas saharauis: Chomoa (La Antorcha)
En el Sahara se podía hablar de liberación a condición de no especificar la naturaleza y los objetivos y sobre todo guardarse de pronunciar la palabra independencia. Bassiri transgredió las reglas al publicar en 1967 un artículo “El Sahara para los saharauis”, en el que reclamaba la independencia.

El 12 de diciembre de 1969 Bassiri fundará una organización política: Organización de Vanguardia para la Liberación de Saquia el Hamra y Río de Oro (Harakat Tahrir), también conocida como Partido Musulmán. La obsesión de Bassiri durante los primeros meses de 1970 es mantener en secreto la existencia de la organización.

En junio dirige un memorando que dirige al gobernador de la colonia, donde le propone un acuerdo para señalar la fecha de la independencia y la salida de las tropas españolas. Mientras tanto, pide una autonomía interna en la que las riquezas no se exploten sin el consentimiento de la Organización. Se aprueba la idea de un referéndum.
El crecimiento de la Organización sorprende a Bassiri, de 10 militantes que había en diciembre de 1969 pasan 7000 en mayo de 1970.


UN FOCO Y EL DESIERTO SE INCENDIA

El asesinato de Bassiri fue la mayor estupidez del colonialismo español en sus 90 años de Sahara.

En septiembre de 1973 Franco anunciaba: “el estado español garantiza que los saharauis decidirán libremente su provenir y la autodeterminación tendrá lugar cuando la población la reclame libremente.

Previsiblemente 1978 iba a ser el año de la independencia, en esa fecha se calculaba haber recuperado el capital invertido en Fosbucráa (fabrica de explotación de fosfatos)

El fabricante y conductor de la nueva guerra sería el Uali Mustafa Sabed (1948), un joven de Tan Tan al que nadie conocía en el SO en esa fecha por que había vivido la mayor parte de su vida en Marruecos. Se licenció en derecho en la universidad de Rabat, donde entró en contacto con el partido comunista, escribió varios artículos en revistas sobre el colonialismo en el SO e intentó formar un grupo con los estudiantes para luchar en el desierto.

En el verano de 1971 vivió tres meses en Europa y consiguió de la emigración saharaui en París y Ámsterdam crear una red de sostén que es la que financia los primeros gastos.

Cuando a mediados de 1972 regresó a Tan Tan había jóvenes disponibles para ser guerrilleros. El vocabulario de la revolución estaba en boca de todos, aprendieron el significado de nuevas palabras como colonialismo, independencia, reacción, revolución, guerra popular o comité ejecutivo. Empezaron a leer a Mao, Lenin, Che.

El Uali convenció a los indecisos de Tan Tan en marzo de 1972 para manifestarse en las calles contra la ocupación española del SO. En abril redactaron un memorando dirigido al gobierno de Marruecos, firmado por el Movimiento Embrionario para la Liberación de la Saquia el Hamra y Río de Oro, solicitando apoyo a su causa. El 23 de mayo el rey anunciaba que el tema del Sahara era un asunto de estado y sería el gobierno de su majestad quien determinara como y cuando se resolvería la descolonización.

Un día de septiembre el Uali convocó una reunión. El lugar de la cita era un paraje solitario a unos 10 Km. de Tan Tan. Allí se reunieron unas 25 personas, la mayoría estudiantes de secundaria y universitarios. Ésta fue la primera de las tres reuniones que darían lugar al POLISARIO.

En la cumbre de la Organización de la Unidad Africana el rey propuso al presidente mauritano, Mohtar uld Dadá el reparto del Sahara Occidental entre Marruecos y Mauritania.

El Uali salió de Tan Tan en 1972 para no volver más. Viajó a Tinduf donde entro en contacto con el FLN argelino, visitó Libia y se entrevistó con el jefe de los servicios de inteligencia, S. Suleiman, que le ofreció armas y dinero a condición de que fundara una organización política creíble. Con Gadaffi no hay problema. En Argel hay desconfianza hacia los saharauis desde la guerra de 1963 y romper la frialdad es difícil. El MND (Mouvement Nacional Démocratique) sostenía a los nacionalistas saharauis y apoyaba la idea de un Sahara independiente.

El 29 de abril de 1972 se reúnen de nuevo los 20 que había citado para la constitución del POLISARIO. Estatutariamente el Frente nacía segmentado en un ala militar y otra política, con preeminencia de la primera sobre la segunda. Organizativamente el POLISARIO se nutría de la experiencia de los movimientos descolonizadores de África y era la replica del modelo leninista.

Desafiando el duro calor de mayo, 17 jóvenes se pusieron en marcha dispuestos a hacer la revolución. Llevaban 7 fusiles de la primera guerra mundial, una pistola que se encasquillaba, tres Guerbas (pellejo de cabra curtido para el transporte de agua) de agua, 30 Kg. de arroz y harina, dos camellos y mucha hambre de gloria.

El 8 de marzo de 1974 muere el primer guerrillero. En adelante los muertos en combate fueron considerados Chaid (mártires) según la costumbre del Islam. En 1975 la primera promoción de polisarios va a recibir instrucción militar en Argelia.

En 1974 llegó desde Libia el primer cargamento de armas. Confiados en su nuevo poder se atreven a operaciones más ambiciosas.

El III congreso del POLISARIO se celebró del 25 al 31 de agosto de 1976 en Ybeilat el Bid. La mayoría de los delegados que acudieron al congreso, venían a fijar la identidad de su revolución y a inventarse una bandera y un himno. Se redacta el Programa de Acción Nacional, los estatutos del Frente, el Manifiesto político y los símbolos.

El SO sería una República después de la independencia y el Frente POLISARIO el portavoz de todo saharaui dondequiera que viviera.

Al POLISARIO iban entrando, además de armas libias, vehículos, dinero y billetes de avión. La división de tareas empezaba a crear diferencias. Unos vivían en las madrigueras del desierto mientras que otros gozaban de una vida agradable, viajando en avión, representando al Frente y viviendo en buenos hoteles. El inevitable conflicto estalló a finales de 1974.


1975

En junio y julio de 1975 se reunieron por primera vez en Argel miembros del Frente con el diplomático español Emilio Cassinello. Piden que formalmente el gobierno los reconozca como representantes legítimos del pueblo saharaui. En septiembre el ministro Cortina Mauri se entrevista con el Uali en Argel, reitera la disposición de España a la vía refrendaria y se aborda el papel que el POLISARIO jugará en el proceso. Los del grupo de Tan Tan han modificado su programa “antiespañol” y declaran confiar en España (2 de octubre de 1975).

A Hassan le pone nervioso los gestos de confraternización y advierte a España que no juegue con el POLISARIO, que los persiga y encarcele. Ajenos a las recomendaciones del rey, representantes del ejército colonial tienen en octubre varios encuentros informales con el POLISARIO.

En Madrid esos días se está ultimando en secreto las condiciones de entrega a Marruecos.

Marruecos y Argelia sostuvieron una guerra fronteriza en 1963 por el control de la región de Tinduf. En 1968 se normalizó la relación cuando Asan renunció a sus reivindicaciones sobre Mauritania y Argelia. Al expresar Marruecos sus aspiraciones anexionistas en 1974, Bumedian (Argelia) no se opuso y tardó un año en adoptar una posición, para desesperación del Frente POLISARIO.

Contra las reservas el ministro de exteriores Buteflika, el presidente tomó la decisión final de apoyar al POLISARIO. En junio recibió por primera vez al Uali y un mes después Bumedian hizo público su sostén inconvencional a los saharauis.

Los Chiuj no tuvieron inconveniente en acudir a la cinta que les hizo el Uali para escenificar en una reunión el traspaso de poderes. El encuentro fue el 12 de octubre en Ain ben Tili, puesto fronterizo de Mauritania. Acudieron los jefes tribales que habían ocupado cargos con España, miembros de la Yemáa, del Cabildo y ayuntamientos. Este día pasó a la historia como el Día de la Unidad Nacional. El 28 de noviembre siguiente, 67 de los 82 miembros de la Yemáa firmaron su disolución y se incorporaron al POLISARIO. Al día siguiente se fundó en Mahbes el Consejo Nacional Saharaui.

En 1975 la descolonización se acercaba y la línea del teniente general Muñoz Grandes, a favor de entregar el SO a Marruecos, se hizo dominante. Además de la repugnancia al ideal revolucionario de la guerrilla, el generalato se oponía a un Sahara independiente que sería una república satélite de Argelia y Libia y por tanto e la órbita soviética. Una ventana comunista al Atlántico y amenazando a Canarias, sin contar con el previsible conflicto por Ceuta y Melilla que desencadenaría una negativa a las aspiraciones sahararianas de Marruecos.

Mientras diplomáticos y militares del Sahara vivían durante el verano su particular deshielo del POLISARIO, el ministro Solís tramaba bajo cuerda compromisos con Marruecos para garantizar trato preferencial a España tras la descolonización. Cuando el 17 de octubre el consejo de ministros asume la opción de entrega se ponía en marcha la Operación Golondrina (evacuación civil-militar del Sahara) cuyo inicio sería el 10 de noviembre de 1975. El 14 de noviembre se hace público el resultado, es el Acuerdo de Madrid.

El 30 de septiembre de 1974, Asan ofreció a Mauritania una asociación para repartirse el Sahara con la promesa de olvidar el contencioso territorial. La contra propuesta del Uali de crear una confederación mauritano-saharaui bajo la presidencia de Uld Dadá no tuvo respuesta.

El 16 de octubre de 1974 el Tribunal de la Haya hizo público el dictamen en el cual parecía rotundo y claro sobre el derecho de autodeterminación. Hassán no está de acuerdo con el dictamen y propone a los marroquíes movilizarse para atravesar andando las fronteras del Sahara. Le da el nombre de Marcha Verde, el camino a la esperanza.

El siguiente turno era el del ejército. Al coronel Ahmed Dlimi se le concedió el honor de encabezar la primera columna militar que el 25 de noviembre entró en el Aaiún. Dos días después otra columna entra en Smara y el 11 de diciembre una segunda remesa de 5000 soldados llega al Aaiún. A final de año ocupan Bu Craá y después los puestos de interior que España había abandonado. El ejército mauritano entraba desde el sur, la primera semana del año ocupaba Dahla (Villa Cisneros), en las siguientes se instalaba en los puestos del Tiris y el Adrar Sutuf. La última tropa española salía de la colonia el 12 de febrero de 1975.

El POLISARIO no había previsto evacuar a la gente hacia la retaguardia argelina, pero los bombardeos de Marruecos obligaron al traslado urgente de miles a la región de Tinduf. El 6 de enero la Cruz Roja Internacional informaba que había 40.000 refugiados.

En el pozo de Amgala 300 polisarios dieron rienda suelta a su fiebre homicida y se cobraron venganza. Era el 14 de febrero de 1976, cayeron sobre el batallón de las FAR y lo destrozaron. Desde hacía semanas el ejército de Argelia combatía junto al POLISARIO.

El 27 de febrero de 1976 se anunció la creación de un estado Saharaui en el exilio, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La República se presentaba como un “Estado libre, independiente, soberano, regido por un sistema nacional democrático árabe de orientación unionista, progresista y de religión islámica”.Se declaraba no alineado y proclamaba su acatamiento a los principios y resoluciones de la UN, Liga Árabe, OUA, NO Alineados, así como a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La ceremonia se escenificó la noche del 26 al 27 de febrero. El POLISARIO se convertía en partido-estado.

No todos los saharauis siguieron al Frente POLISARIO, muchos no pudieron hacerlo por el cerco de las FAR a las ciudades. El pueblo saharaui había sido dividido.

DE TUMBAS Y HÉROES

La RASD fijó el 20 de mayo día de la fiesta nacional (aniversario del primer tiro disparado por el Frente POLISARIO la noche del 20 de mayo de 1973).

El Uali morirá el 9 de junio de 1976, durante un ataque del Frente a objetivos marroquíes. El 11 de junio, dos días después de su muerte, aparece en primera página del diario Chaab una foto del cadáver destrozado del Uali.

El Uali encarnó al jefe eterno en la cultura beduina, líder político, guía militar, padre moral y epítome de los grandes valores. “Para nosotros el 9 de junio, día que murió el Uali es conocido como el Día de los mártires.”

Las operaciones contra Mauritania en el desierto volverán a ser como las que se desarrollaban antiguamente, los Ghazzi. Desde el verano de 1976 el POLISARIO, fragmentado en grupos reducidos y extraordinariamente móviles comenzó a caer sobre el desprotegido país.

En la guerra del sur, los comandos del POLISARIO abrieron nuevas rutas, y llegaron a regiones de Malí. Dado que el 80% de los recursos mauritanos venían del hierro de Zuerat concentraron sus ataques sobre el tren minero. En el primer ataque, el 20 de febrero de 1977, destruyeron con disparos de cohetes, tres locomotoras a 100 Km. de Zuerat. Al amanecer del 1 de mayo, 400 guerrilleros tomaron Zuerat. El 3 de junio llegaron a la capital Nuakchott, disparando una andanada de morteros a la presidencia y se retiraron hacia el norte, perseguidos por el ejército.

El 13 de mayo Marruecos y Mauritania firmarán un tratado de defensa mutuo que autorizaba el estacionamiento de tropas marroquíes en territorio Mauritania. En diciembre, el presidente mauritano pidió a Francia que interviniera con su aviación. La entrada de Francia despertaba otra vez los viejos diablos en el Sahara. Según el POLISARIO, se repetía otra vez la misma historia con los mismos actores.

Se ampliaron las pistas del aeropuerto de Nuackchott y Atar para permitir el aterrizaje de los F-5 y se estacionaron en la base de Ouakkam, dispuestos a entrar en acción, 6 aviones Jaguar, 2 nodrizas KC-135 F, 2 aviones de reconocimiento y 4 transportes Nord- Atlas. Cuando el 12 de diciembre el POLISARIO atacó de nuevo al tren minero, destruyendo dos locomotoras y llevándose 600 rehenes, los Jaguar despegaron del Senegal y en media hora bombardeaban las columnas que huían.

El POLISARIO tenía a Mauritania en las cuerdas, estaba estrangulando su economía y precipitando un golpe interno. La prioridad era sabotear el tren minero, destruir los equipos y asustar a los trabajadores para que abandonaran. Querían parar la exportación de hierro.

Más dinero para la guerra, menos ingresos por la exportación y humillaciones militares cotidianas acabaron por socavar el apoyo al otrora fuerte Mohtar uld Dadá. El 10 de julio de 1978 el ejército da un golpe de estado y lo destituye. Dos días después el POLISARIO declara un cese el fuego unilateral. El nuevo gobierno pone fin a la guerra y Mauritania comienza los trámites para una retirada del SO.

A pesar de los éxitos aparentes, desde la retirada de Argelia no había duda de que sería una guerra de desgaste. Duró 15 años hasta que se firmó el alto el fuego en septiembre de 1991.

A pesar del volumen en hombres y equipamiento, el desierto volvía frágil al soldado marroquí. La guerrilla se iba transformando conforme ganaba experiencia de guerra y su maquinaria se hacía más compleja, su estructura militar era cada vez más profesional. Cientos de guerrilleros pasaron por las academias argelinas de instrucción militar. En 1978 existía ya una estructura de mando experimentada.

En 1979 empezaron a llegar los primeros cohetes tierra-aire de Libia y Argelia y hubo un grupo capaz de manejarlos, se creó la VIII región antiaérea.

La retirada unilateral de Mauritania en julio de 1978, creó una efusiva moral de victoria que dio alas al POLISARIO. Ahora todo el esfuerzo iba a concentrarse en la guerra con Marruecos. 1979,1980 y 1981 iban a ser años de triunfos para la guerrilla, pero con enormes costes humanos.

El 11 de agosto 2000 guerrilleros, el mayor número reunido hasta entonces, tomaban en otro asalto la base de Bir Nzarán en el Tiris, mataron 27 soldados e hicieron 175 prisioneros. En octubre le tocó el turno a Smara, la segunda ciudad del Sahara, acorazada por 8000 hombres era aparentemente infranqueable. Para el POLISARIO fue la operación de mayor complejidad y también la más sangrienta, cientos de guerrilleros perdieron la vida.

El presidente Abdelazzis en su balance de resultados señalaba que cada día de 1979 hubo 2,5 acciones militares de media.

El estado marroquí aprendió que había que reconducir la guerra en otra dirección. Más larga y más costosa, pero estratégicamente más eficaz para agotar al adversario. Levantar un gigantesco muro.
Despejado el terreno y con docenas de miles de soldados defendiéndolo, cientos de excavadoras, bulldozers, brigadas de zapadores e ingenieros se pusieron a levantar una barrera. Tras construcciones escalonadas en cinco tramos, la gran muralla cerró definitivamente el anillo en abril de 1987, con su llegada al Atlántico por la Güera. La faraónica obra cercaba al Sahara Occidental y blindaba las 7/8 partes del territorio. 2000 Km. de telón.

La obra era un reto por sus dimensiones, primero una barrera de alambre de espino, detrás un campo minado y más atrás un talud de arena de 3 metros de alto. Radares, antenas y sensores barrían el campo de mirada. Detrás del muro, un rosario de compañías, batallones y divisiones servidos por más de cien mil soldados.

Militarmente el muro obligaba a la guerrilla a entrar en una guerra de posiciones que neutralizaba su punto fuerte, el movimiento. Franquearlo exigía amontonar millares de combatientes, equipados de buen material y con apoyo de artillería pesada.

En 1980 el POLISARIO le pide a Argelia que le suministre blindados e instrucción para utilizarlos. Se lo piden a Libia y Gaddafi estuvo de acuerdo. Al final de agosto los blindados y tanques estaban ya en manos del POLISARIO, en la base Hanafi. 30 transportes blindados BMP, 30 blindados Cascabel y 20 tanques soviéticos T-55.

Se abría una fase de guerra de desgaste en la que el principal objetivo era minar la moral del contrario haciéndole saber que a pesar de los sistemas de detección electrónica y la acumulación de tropa y material, el desafío seguía abierto. Hubo miles de operaciones contra el muro. “Desenterrar las minas de los marroquíes se convirtió en nuestra operación básica. El grueso de instrucción militar se centró en eso”.

Los muros permitieron al POLISARIO consolidar posiciones estáticas y circular sin contratiempos por la franja exterior.

Cuando el 17 de junio de 1989 el POLISARIO liberó 200 prisioneros y los puso en manos de la Cruz Roja y del gobierno italiano, el rey les impidió la entrada al país. Aceptarlos suponía reconocer la existencia de un conflicto entre las partes. La mayoría esperarían 20 años hasta que el rey los reconociera como presos de guerra y hacer saber a sus familias que todavía estaban vivos.

LA RAZÓN Y EL MONSTRUO

El 7 de enero de 1976 Cruz Roja señalaba que eran 40.000 refugiados, en octubre pasaban a 50.000 y meses después eran 80.000. El gobierno argelino, desbordado ante la perspectiva de catástrofe humanitaria, pidió ayuda a ACNUR. La primera en dar la cara fue Cruz Roja Internacional que comenzó a bombardear primeros auxilios, lonas, comida y mantas. A la masa de refugiados se los distribuyó en tres grandes asentamientos (Smara, Aaiún y Dahla), tres gigantescas aglomeraciones de jaimas, levantadas con la lona verde de la donación exterior. Nacían los Mujayamat, conocidos en el mundo como “Campamentos de Refugiados de Tinduf”.

A lo largo de 1976 la máquina humanitaria fue regularizando sus envíos a Tinduf e implicando a las grandes agencias de la cooperación. Cruz Roja Internacional, ACNUR, PAM (Programa mundial de alimentos) y ECO (Oficina de cooperación de la Comunidad Europea) aportaban las tiendas, el equipamiento y la alimentación durante 25 años.

Cada seis meses recibían ropa usada y todos los años se repartían a las mujeres 8 melfas de tela comparada en Suecia. El combustible en bombonas lo regalaba Sonatrach, empresa de gas argelina. Con frecuencia el convoy de ayuda solía retrasarse dias o semanas de la fecha prevista. Más puntual era la ayuda de Libia, mientras duró. Gaddafi mandaba lo mejor, carnes enlatadas de Argentina, conservas españolas, jabones y perfumes franceses, pastas italianas, el mejor té verde del mercado. Pero con el acuerdo de 1984 entre Libia y Marruecos se cortó la ayuda.

Sin las exquisiteces de Gaddafi quedaba claro que la dieta estaba descompensada, abusiva en carbohidratos y con radical carencia vitamínica. Esto provoco la muerte de un 60% de los niños por diarrea y todas las mujeres y niños estaban anémicos. La tuberculosis y el bocio se hicieron endémicos en los campamentos y el índice de alergias al gluten y de hepatitis B eran muy elevados.

Las enfermedades respiratorias y digestivas diezmaron a los ancianos y la diarrea y el sarampión se llevaron a la mayoría de los niños en febrero y marzo de 1976. In extremis, Argelia trasladó al norte, en el verano de 1976, a los niños mayores de cinco años, en septiembre Libia se hizo cargo de los que estaban en edad escolar y los acogió en internados.

Ante esta situación el Frente POLISARIO estimuló a la gente para tener hijos con los que reponer las pérdidas. A la fuerza se liberalizaron las costumbres sexuales, se concertaron miles de nuevos matrimonios, se facilitó la unión de las parejas. En adelante el contrato hombre/mujer sería un acuerdo entre iguales.

En cuanto a la estructura de los campamentos. Cada uno se concibió como una Wilaya (provincia) integrada por seis Dairas (municipios). Cada municipio se dividía en cuatro Hai (barrios) y a su vez cada barrio tenias 15/20 filas (Saaf) y cada fila 10 jaimas. Los municipios estaban gobernados por el Consejo Popular de la Daría, integrado por el alcalde, el juez, el médico, el jefe de almacén de suministro y cinco mujeres, cada una de ellas responsable de los cinco servicios básicos: sanidad, educación, alimentación, justicia e industria. Cada dos años se elegía a los responsables de la administración y se mejoraba la eficacia en el reparto de la comida, educación y salud.

La Revolución impregnaba el vivir cotidiano en todas sus dimensiones. Se hablaba un lenguaje desconocido del que se había suprimido la literatura de cortesía y todos se trataban de camarada, había una pérdida de deferencia con los mayores, el puesto de mando estaba ocupado por hombres extremadamente jóvenes. Los campamentos estaban siendo un laboratorio ideal donde se experimentaba una organización social nueva.

El choque mayor era la radical decisión del Frente POLISARIO de acabar con el tribalismo. Los dirigentes del Frente eran un grupo semianónimo que ocupaba la dirección no tanto por méritos personales como por su temprana incorporación a la organización.

La enorme adhesión popular al POLISARIO permitió al nuevo Sanedrín (Consejo de Sabios) modificar incluso los preceptos del rito islámico, prescindir de la observancia de Ramadán y reducir de cuatro a dos las plegarias del día.

El POLISARIO era mucho más que un partido político o un movimiento de liberación, era un estado en el exilio que asignaba a cada cual su función, señalaba el lugar de residencia, se hacía cargo de los niños, proporcionaba medicinas y daba comida, ropa y techo.

En su naturaleza era una organización vertical y jerárquica. Totalitaria en el sentido de que toda la población en los campamentos estaba incorporada a sus filas. El núcleo básico era la célula (Halié), compuesta de diez miembros y dirigida por un responsable político llamado Al Arif, el cual pertenece al comité superior de la Daría, cuyo responsable era el Amin Zuri, un cargo designado por el Comité Ejecutivo. Los 35 Amin Zuri eran la pieza clave que sustentaba el armazón del frente. Su misión era hacer de filtros por donde subía y bajaba la información.

Durante doce años la dirección del Frente proyectó ante la gente una imagen de piña unida, de grupo homogéneo de camaradas, más allá de su origen tribal o de las responsabilidades que ocuparan. Pero los hechos posteriores confirmaron que se trataba de una imagen interesada y que las disputas internas envenenaron desde muy temprano las relaciones entre los dirigentes.

Una primera contradicción era de ámbito territorial: de los 9 miembros del Ejecutivo solo tres procedían del SO, cinco eran marroquíes y uno argelino. Los ciudadanos saharauis solo estaban representados en un 30 %. Pero el desequilibrio tribal era más obvio, el 40% del mapa tribal, a tenor del censo de 1974, no tenía representación.

Las primeras señales de guerra interna se percibieron en el verano de 1979, cuando se firmó el acuerdo con Mauritania. Los acuerdos desataron muchas ambiciones y se usó del tribalismo. Cuando en 1987 el POLISARIO aceptó el referéndum como vía de solución al conflicto, ya se destapó abiertamente la caja de truenos y se demandó sin tapujos un reparto tribal del poder.

Se construyeron cárceles y comenzaron las detenciones en masa de supuestos espías infiltrados. La Seguridad Nacional empezó a “descubrir redes organizadas de enemigos que habían penetrado en los campamentos”. Los ciudadanos se acostumbraron a ver que la gente desaparecía de circulación de un día para otro. Los juicios políticos se convirtieron en rutina y los inquisidores aparecieron en escena acusando a los detenidos de los peores crímenes.

Conforme la Seguridad se fue haciendo el bastión central de la vida en retaguardia, fue naciendo un universo punitivo que con los años se amplió y perfeccionó. Primero se construyó el Doce de Octubre, una instalación cuyos muros tenían dos kilómetros de cerco, la inauguraron en 1977. Bajo su fachada de escuela de enseñanza secundaria y de instrucción militar, el 12 de octubre escondía una sección de castigo. Para los detenidos era la primera estación de tránsito en la que podían pasar meses o años. En 1979 levantaron la cárcel secreta de Rachid, y hasta 1988 nadie supo de su existencia, salvo los presos y carceleros.

Desde que en agosto de 1979 Mauritania y el POLISARIO firmaron la paz comenzó la emigración de saharauis mauritanos a Tinduf, unos 30.000.

El proceso de descomposición que roía las entrañas de la RASD hundía su raíz en unas excepcionales circunstancias de exilio y guerra. Se sobredimensionó la Seguridad, se le dio vía libre para operar con autonomía.” La seguridad penetraba en todos los rincones de nuestra vida. Vivíamos en un régimen totalitario, paradójicamente había más libertad en los tiempos de España. Había que callarse, hablar poco en las reuniones y cuidar los detalles”

Los saharauis que vivían en la emigración europea y vinieron a Tinduf para unirse a la guerra fueron todos detenidos nada más llegar porque se desconocía para que venían. Hasta 1988, cuando los sobrevivientes empezaron a salir de la cárcel, nadie sabía de su existencia.

La cultura de guerra exaltaba, por encima de lo demás, el valor en la batalla y el culto a los mártires, ellos eran los auténticos héroes.

Desde temprano fue difícil identificar las detenciones que respondían a criterios de contraespionaje, las que eran purgas políticas sin más o las que escondían motivos más inconfesables. A los detenidos se les torturaba hasta que firmaban la confesión que les interesaba, llegando incluso a dar nombres de personas que en teoría estaban también involucradas (aunque no era así).

El desmontaje del régimen de terror fue un largo proceso que requirió tres años en ultimarse. El primer acto comenzó el 30 de junio de 1988 en el curso de una conferencia en las que se dictaba la línea política. Saltaron las primeras voces discrepantes que propusieron la convocatoria de un Congreso del POLISARIO. El 30 de septiembre celebrará una Conferencia Nacional en la que la dirección va a explicar el conflicto, a la cual asisten 1500 personas.

Los Chejs (los ancianos) y el POLISARIO se unen y emprenden una gira de mítines por los cuatro campamentos para sellar en público su reconciliación. Pero el 14 de octubre de 1988 miles de efectivos del ejercito POLISARIO entran a los Campamentos y los ocupan en disposición de guerra, los mandos declaran el estado de sitio, se prohíbe la circulación y se distribuyen comunicados advirtiendo a la población que vienen a “acabar con los traidores”. La administración de los campamentos la asume el ejército y Mohammed Lamín Bujali (“El Pinochet del Sahara”) anuncia que quedan suspendidos los acuerdos que las partes habían conseguido la semana anterior.

La prohibición de moverse y la machacona verborrea de panfletos y megafonía con soflamas contra la traición rebosaron la capacidad de aguante de las mujeres. Estas fueron saliendo de sus jaimas y uniéndose en manifestaciones que recorrían los Campamentos. La tropa se sobrecogió al ver a cientos de mujeres e hijas parándose ante ellos y levantándose la ropa, “disparad a estos cuerpos desnudos, acabad con nosotras, acabad con todos”. Golpes, carreras, allanamientos y cien detenciones de mujeres en la semana de motín.

Aunque para la mayoría el cuartelazo fuera una locura, su resultado fue el reforzamiento del Ejecutivo y el congelamiento durante dos años más. Hassán II llamará para proponer un encuentro en Marraquech que se celebrará los días 4 y 5 de enero de 1989. Tras esta ronda las partes se convocaron para una siguiente cita en febrero. Estas reuniones unidas a la visita el 11 de enero de 1989 de Gros Espiell , representante especial del Secretariado General de Naciones Unidas, fue un respiro de alegría para los refugiados.

El 29 de enero Addelazzis anunciaba en Argel que la nueva ronda con Hassán sería en los próximos 15 días y que el POLISARIO suspendía las actividades militares.

Inesperadamente Marruecos anuncia el 13 de febrero que la reunión se anulaba, el motivo de este cambio fue “porque en ese entonces le llegó la noticia a Hassán de la crisis del POLISARIO y ¿quién va a ceder una negociación a un enemigo debilitado?” El 2 de marzo Abdelazzis declaraba que se volvía a la guerra en todos los frentes.

En agosto Hadrami, jefe de seguridad, huye a Marruecos, se pasaba al enemigo y con él la “caja negra” de todos los secretos. El rey lo recibe con honores y lo nombra gobernador de una provincia marroquí. El 20 de agosto Hassán llama “a los hermanos descarriados para que retornen a una patria que será con ellos clemente y misericordiosa”. En los siguientes meses un interminable goteo de mandos emprendieron el camino a Marruecos.

Pero más que los desertores, quienes iban a enterrar al régimen de terror eran sus propias víctimas, los cuerpos torturados de la cárcel de Rachid. En 1988 habían comenzado a salir los primeros, durante semanas guardaron silencio, el miedo los seguía atenazando. En febrero de 1991, la avalancha de voces obligó al presidente Abdelazzis a firmar un perdón general para los presos que aún quedaban. Salieron los últimos 200 que permanecían en Rachid.

Desde 1976 cientos de saharauis habían pasado por las cárceles de Marruecos. El 12 de abril de 1999, la asociación marroquí Víctimas de Desapariciones Forzosas señalaba en Rabat que 321 saharauis habían pasado a lo largo de 16 años por centros de detención secretos, 57 de los cuales murieron. Cuando salieron de las mazmorras, la mayoría de ellos se acogió a la repatriación que la Cruz Roja les ofrecía para ir a Tinduf. Mientras que los presos en Marruecos tenían el consuelo de que su calvario era consecuencia de su lucha por una causa justa, los de Rachid no tenían ese soporte psicológico, eran “traidores al pueblo”.

Para junio de 1991 se había convocado el VIII Congreso, la discusión giró sobre la limpieza de la vida política y la salida de los presos que quedaban. En su discurso al congreso, el presidente Abdelazzis reconoció por primera vez los “errores y excesos” cometidos en años anteriores, y declaró que los muertos bajo tortura también serían considerados mártires. Se prohibió la tortura y el secuestro y se limitó el tiempo de prisión preventiva a 72 horas.

Esos días Naciones Unidad fijaba también la fecha para el referéndum de autodeterminación en febrero de 1992

MIENTRAS TANTO

En junio de 1990 el Consejo de Seguridad de UN aprobaba un Plan de Reglamento para poner fin al conflicto, en el cual se proponía un referéndum de autodeterminación con dos propuestas: independencia o integración en Marruecos. Votarían quienes constaran en el censo hecho por España en 1974 (73.497) y tuvieran más de 18 años.

La trayectoria sería la siguiente: Primero, nombrar un representante especial del Secretario General, asistido por unidades militares, civiles y de policía civil, bajo paraguas de NU. Segundo, declarar un alto el fuego. Tercero, que Marruecos reduzca su tropa en el escenario de la guerra y que las dos partes concentren su fuerza en los puntos señalados por NU. Cuarto, identificación e inscripción de electores y celebración del referéndum. Desde la entrada en vigor del alto el fuego hasta el día de la votación transcurría un máximo de 24 semanas.

Se vio que el censo de 1974 era insuficiente y se propusieron nuevas condiciones de admisión reformuladas en cinco nuevos criterios:
- Los que figuren en el censo de 1974 revisado.
- Los que vivían en el territorio como miembros de una tribu, pero no fueron censados.
- Los ascendientes y descendientes de los grupos anteriores.
- Las personas nacidas de un padre nacido en el territorio.
- Los miembros de una tribu del territorio que han residido en el territorio 6 años consecutivos o 12 intermitentemente antes de 1974.

El POLISARIO se oponía a las modificaciones. En noviembre de 1992 fracasó en Ginebra una reunión entre ambas partes. En julio 1993, en una segunda reunión en Aaiún, patrocinada por NU resultó un diálogo de sordos. En octubre un tercer encuentro en Nueva Cork también acabó en nada.

En abril de 1993 Butros-Ghali relanzaba el tema. Pasaron 16 meses hasta que la comisión de identificación estuvo preparada para comenzar el trabajo. Era el 28 de agosto de 1994. En mayo de 1996 Butros-Ghali anunció que el proceso se suspendía.

Naciones Unidas volvió a retomar el tema bajo el mandato del nuevo Secretario General Kofi Annan, pero dos años después el proceso estaba encallado otra vez.

Desde que comenzara el proceso de identificación en 1994 hasta que concluyó en diciembre de 1999, se habían identificado un total de 198.469 solicitantes. Tenían derecho a voto 86.386 según la lista provisional.

Agotados los múltiples recursos de dilación y expuesto en la mesa el resultado de 6 años de trabajo censal, las partes se abocan a dos opciones. O volver a la guerra o buscar puntos de encuentro y negociar.

En el exilio de Tinduf han cambiado muchas cosas desde 1991. La más sustancial ha sido situar en el eje de la vida pública el respeto a los derechos humanos y la vigencia del estado de derecho. En el VIII Congreso de 1991 la antigua estructura de mando fue sustituida por un órgano más abierto, la Secretaría Nacional, integrada por 71 miembros que representaban a los diferentes grupos tribales de los campamentos. Cuatro años después, el IX Congreso redujo su cifra a 31, se creó el primer parlamento democrático de la RASD, compuesto de 101 diputados elegidos democráticamente. Este número se redujo a 51 cuatro años más tarde.

Resituando de nuevo la cábila como referencia de todas las determinaciones públicas. La muerte del orden totalitario daba nacimiento al “estado de las tribus”. Ahora se multiplican las voces señalando agravios, identificando casos de corrupción, o simplemente indicando incapacidad de los dirigentes. El miedo a la represión y a la cárcel ha desaparecido y la gente habla con libertad.

Los años transcurridos desde 1991 han supuesto una nueva revolución, vuelve a reinar el principio que gobernó antiguamente la vida nómada: su profunda libertad individual. Esto ha llevado a una explosión de la vida civil, estimulada por la retirada de un estado superformativo que pautaba todas las facetas de la vida común.

Los quince años de comunismo radical dan paso a la nueva fase del dinero. Comenzó a finales de los 80 cuando el gobierno del PSOE en Madrid regularizó las pensiones de jubilación a los varios miles de saharauis que trabajaron y cotizaron en la colonia. Los cientos de afortunados con recursos fueron rompiendo la dependencia que los tenía encadenados al frente, en tanto que distribuidor de recursos.

Se abrieron tiendas de verduras, golosinas, alfombras, ropa de confección, aparatos eléctricos, recambios de coches,… Más de la mitad de los hombres se desmovilizaron y abandonaron temporalmente el ejército para entrar en el circuito comercial. Era imprescindible hacerse con un Land Rover y aliarse con sus parientes, conseguir mercancías y viajar por el desierto para llevar, traer y vender. En 1990 había una docena de vehículos privados, diez años después eran 5000 los matriculados en el Ministerio de Transporte de la RASD. En los Campamentos, las tiendas nacieron como hongos y en Smara surgió un zoco.
Los Campamentos se han convertido en una estación más en las rutas comerciales del desierto y han dinamizado el circuito económico del Sahara, con 100.000 consumidores potenciales más.

Definitivamente los refugiados saharauis no están amenazados por la hambruna y desesperación sobrevivencial que acosa al “archipiélago del refugio” africano. Desde hace muchos años, los Campamentos de Tinduf son un admirable ejemplo de ingeniería social, de cómo la ayuda humanitaria puede ser gestionada eficazmente por los propios destinatarios.

Desde que en 1976 salieron los primeros niños a estudiar a Argelia y Líbia, los campamentos se convirtieron en un experimento educativo de resultados espectaculares: 100% de población escolarizada. Tres gigantescas escuelas internas para 6000 alumnos, varias docenas de miles más han completado anualmente la secundaria en los países vecinos. Cuba ha acogido, educado y dado título universitario a más de 5.000 saharauis. Un médico por 800/1000 habitantes.

Medio centenar de variopintas ONG dan prioridad a sus proyectos saharauis.

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